lunes, 25 de marzo de 2013

La existencia de Dios


La existencia de Dios

Se parte de que la existencia de Dios a través de la razón es un hecho que nos conllevará a la misma conclusión de la que partimos, es decir, partir de la hipótesis para afirmar la tesis y no al revés.



Hipótesis
Tesis
Partida
Conclusión
Existencia de Dios
Existencia de Dios

Así por tanto, razonar sobre la fe divina es algo que dada nuestra condición mortal e imperfecta es algo remoto a todo conocimiento aplicado por la logística humana.
Es un error partir de la existencia de Dios para concluir con su no existencia, puesto que al no existir no posee partida, ya que el no ser al no ser no es, es decir, no se puede racionar sobre la nada puesto que no tiene cabida racionar sobre la no existencia. Por lo que, partir de la existencia de Dios para concluir en su no existencia es una contradicción en si misma, ya que se parte de la divinidad y la perfección de Dios para cuestionarse la mortalidad e imperfección de la misma.
Si existe Dios o no, es algo que la razón a de procurar partiendo de su existencia, concluyendo con la misma, es decir, al servicio de la fe y no viceversa.

- Existencia de Dios → Fe → Razón → Existencia de Dios * “A” existe, se usa la razón para concluir con que “A” existe. “A” existe=”A” existe.

- Existencia de Dios → Razón → Fe → No existencia de Dios * “A” existe, pero no es demostrable a través de la lógica, por tanto, “A” no existe. “A” existe=”A” no existe

Tenemos por tanto una partida que concluye con la misma partida: Partida=Conclusión.
Luego tenemos una contradicción que parte de una hipótesis para acabar negando la misma
Partida=/Conclusión.
Para hacerlo mas ameno, no podemos plantearnos la no existencia de la divinidad y la perfección puesto que condicionados por la mortalidad y el error de nuestra existencia, estaríamos negando una divinidad a la que nuestra razón no es capaz de llegar.
Dios, al ser el ser mas perfecto, el ser humano no tiene la capacidad lógica de concluir con su no existencia, ya que la divinidad que representa es totalmente inalcanzable por el saber humano.
En el principio de identidad de Parménides: “El ser es y el no ser no es”, no podemos partir de que el ser es para concluir en que el ser no es, ya que caeríamos en contradicción, dada la eternidad del ser, algo no puede partir de ser para concluir con el no ser. Así que, aquel que se cuestiona la existencia de Dios en realidad se contradice, ya que querrá partir de la idea de Dios para razonar sobre la misma y concluir con su no existencia, es decir, es como intentar llegar a la cima de una montaña escalando las distintas alturas para acabar concluyendo de que no existe tal montaña.

Dios existe → no somos capaces de razonarlo → Dios no existe. (Fundamento de no contradicción)
Dios existe → partimos de la razón al servicio de la fe sobre su existencia → Dios existe. (Fundamento de retorno)

Dios es → Es → el ser es eterno → Por tanto existe. Idea de ser → Es (Fundamento de la eternidad y perfección)
Dios es → No es → Por tanto no existe. Idea de ser → No es (Fundamento de la mortalidad e imperfección)




Tratado de perfección

Es absurdo proliferar la no existencia de Dios, mediante una postura impía que se somete a las voluntades de una ignorancia que procura concluir lo incognoscible como algo carente de existencia.

Metáfora de la montaña

Se afirma que existe una cima, a una altura que se escapa de la mano del hombre, no obstante, se procura escalar dicha montaña para acabar afirmando la existencia de tal cima. Pero dada nuestra imperfección, la montaña se nos hace demasiado alta y caemos constantemente, haciendo imposible la cognición de la existencia de la cima. Es decir, tenemos la idea de la cima, e intentamos escalar la montaña para afirmar la existencia de esa cima, ya que toda montaña tiene una cima.
      - Hombre → Idea de la cima → Escala la montaña → No alcanza la cima → Toda montaña tiene una cima.
      * Cima inalcanzable = Montaña existente = Cima existente
    No obstante, al no poder afirmar esa cima y no poder escalar dicha montaña afirmamos rotundamente que no existe tan siquiera esa montaña. Es decir, el ateo parte de la existencia de una cima, y al no poder alcanzarla escalando la montaña y escaparse de su parte cognoscitiva, afirma entonces que no existe tan siquiera esa montaña. Entonces, cae en contradicción, ya que estará escalando la nada, escala para concluir que no existe tal montaña como para llegar a ser escalada. (Principio de no contradicción)

- Hombre → Idea de la cima → Escala la montaña → No alcanza la cima → No existe la montaña
* Cima inalcanzable = Cima inexistente = Montaña inexistente.

De la misma forma no se rechaza la idea de la existencia de tal cima, de lo que si se puede cuestionar es de la montaña, pero no de la idea de la cima. Existen muchas montañas, pero todas concurren en la existencia de una cima. 

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