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"SI ALGUIEN OS HABLA DE HUMANIDAD ESTÁ INTENTANDO ENGAÑAROS"
Columnas de hombres jóvenes procedentes de casi todos los rincones del Islam se dirigen al corazón de Europa desde Anatolia, a través de los Balcanes. Con un paso firme e ininterrumpido, no se dejan amedrentar por el barro, la lluvia y el frío ni tampoco por las fronteras ni los encargados de guardarlas, al grito en árabe de “Allahu akbar“ vienen decididos a entrar sea como sea.
No se trata de historia, sino del presente. No estamos hablando de una invasión del Imperio Otomano hace cientos de años. Sin embargo, las fronteras de Europa están desbordadas por una realidad dificil de ignorar; millones de musulmanes vuelven a cruzar desde el otro lado del Mediterráneo.
Nada de esto sale en la televisión, Twitter o cualquier medio de masas.
Lo que se nos muestra es algo completamente distinto: familias con muchos niños pequeños amontonados en condiciones deplorables en campos de refugiados y pequeñas embarcaciones, que lo único que buscan es un lugar en paz, huyendo de la guerra y la muerte en Siria, en el que poder comenzar una nueva vida dejando atrás los horrores de la contienda que azota el país desde 2011.
¿Quien sería el monstruo capaz de negarles refugio a estos pobres desgraciados?
Los ingenieros sociales, expertos en el funcionamiento y la manipulación de la psique de las masas, saben que apelar a los sentimientos y a la compasión, a la humanidad, es el argumento más poderoso de todos tanto para justificar algo como para destruir al que se opone.
Gracias a los medios de comunicación y su versión de lo que está sucediendo, podemos ver a los europeos aplaudir y recibir con los brazos abiertos a una marea de gente sin cuestionarse causas de este éxodo poblacional ni las consecuencias que puede tener.
CON LAS PUERTAS ABIERTAS ES COMO SE PONE SU VIDA EN RIESGO
Los sirios en cuanto cruzan la frontera ya están en países en paz. En Turquía, el Líbano y Jordán, países fronterizos con Siria, tienen campos de refugiados en los que se concentra la mayor parte de ellos. La inmensa mayoría de los sirios que entran a Europa lo hacen saliendo de alguno de esos países y no directamente desde Siria, así que es una falsedad aseverar que cuando salen de un país en paz y cruzan medio continente para llegar principalmente a Alemania están “huyendo de la guerra”, del mismo modo que lo es implicar que cerrándoles las puertas estemos arriesgando sus vidas, pues ya estaban a salvo en esos lugares.
Paradójicamente, es con la política europea del Welcome Refugees como realmente se les pone en riesgo al alentarles a venir a la UE, además de llenar las arcas de las mafias de traficantes de personas. En 2015 murieron 3.735 personas en su travesía tratando de llegar a Europa, todas ellas vivirían ahora si la UE tuviese una política de acogida más restrictiva.
Si de verdad se quisiera ayudar a los refugiados, la mejor opción sería hacerlo centrando todos los esfuerzos en campos de refugiados de los países limítrofes con Siria, que como dijimos es donde se concentran la mayor parte de ellos incluyendo los más pobres y los más vulnerables que no pueden permitirse el extremadamente alto coste de viajar a Europa, siendo además mucho más barato hacerlo de esta manera que trayéndolos a Europa y por tanto pudiendo ayudar a más cantidad de ellos.
LA MAYORÍA DE REFUGIADOS NI SON SIRIOS NI SON REFUGIADOS
Según datos de la agencia Frontex, sólo el 23% de los que entraron a Europa proceden de Siria, seguidos de un 14% de Irak y un 7.2% de Afganistán. El grupo más numeroso (48%) es el correspondiente a gente de nacionalidad no especificada, ya sea porque no quisieron identificarse -pese a ser un requisito necesario para pedir el estatus de refugiado- o porque no fue posible determinar su procedencia real. Tenemos entonces que los procedentes de un país que está en guerra en todo su territorio (Siria) comprenden menos de 1/4 del total, y que de prácticamente la mitad de los que están entrando a diario se niegan a identificarse, mienten al respecto o son descubiertos usando documentos de identidad falsos.
Y es que gracias al descontrol y la facilidad de entrar a Europa a través de la vía italiana o los Balcanes, una marea de inmigrantes ilegales musulmanes sin derecho a asilo procedentes de Oriente Medio, Asia y África está aprovechando la situación para colarse. Lejos de ser un número testimonial el número de estos inmigrantes ronda el 60% del total, tal y como no le quedó más remedio que reconocer el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Tinmmermans. La mayoría de estos inmigrantes es originario de países magrebíes como Túnez o Marruecos. También los inmigrantes negros que hasta hace poco elegían Ceuta y Melilla como punto de entrar a Europa ahora prefieren hacerlo a través de Turquía. Incluso existe una minoría de inmigrantes procedentes de lugares comoRepública Dominicana y Ecuador que escogen llegar a España por esta ruta.
NI MUJERES, NI NIÑOS NI ANCIANOS
Los medios de comunicación suelen vender la imagen de que los refugiados que vienen a Europa son familias que tratan de huir de la guerra, y se centran en retratar a mujeres, niños y ancianos en su propaganda para sensibilizar a la opinión pública. Pese a que en el desembarco y en los pasos fronterizos colocan en primera fila de sus grupos a los pocos niños y mujeres que les acompañan, probablemente aconsejados por las ONGs para que aparezcan en las fotos de los periodistas, las mujeres y niños representan una minoría. El 72% de los llamados refugiados son hombres. Algo sin precedentes en la historia de los éxodos por motivos de guerra, en los que la mayor parte de los refugiados son niños, ancianos y mutilados (en resumen, gente que no está en condiciones de luchar), lo cual es otra prueba más de que la llamada “crisis de los refugiados” en Europa no se trata de una huída masiva del conflicto sino de una inmigración ilegal por motivos que no tienen nada que ver con escapar de guerra alguna.
Este es un tema que pocas autoridades se han atrevido a mencionar, entre ellas destaca el ministro de Interior finés, quien en octubre de 2015 reconoció que la gran mayoría de los solicitantes de asilo en el país, casi 20.0000, eran hombres adultos y sólo 409 de ellos eran sirios.
NO SON CASOS AISLADOS
Otro de los mantras repetidos hasta la extenuación por los medios trata acerca del “racismo” de los habitantes europeos que disfrutan el paso o la estancia de estos inmigrantes en sus localidades, a menudo en zonas rurales, y que lejos de mostrarse acogedores se oponen a su presencia. Tal y como relatan el asunto, parece como si hubieran sido infectados por una especie de virus que les convierte en intolerantes sin motivo alguno. La realidad es que la convivencia con refugiados dista de ser placentera. Robos, hurtos, violaciones, apuñalamientos y tráfico de drogas están entre los delitos más cometidos.. En Viena, un tercio de ellos tiene antecedentes delictivos. La delincuencia entre ellos también aumenta en Alemania, respondida por las autoridades con miradas hacia otro lado y silencio informativo para no aumentar el rechazo hacia su presencia, mientras aumenta la venta de armas y desprays de defensa personal entre sus habitantes. Se está dando una marcha masiva de afganos hacia Europa, que no son aceptados ni por Irán ni por Pakistán, porque se les relaciona con uso y tráfico de drogas y terrorismo.
Los actos criminales no solamente vienen por parte de refugiados hacia nativos, a menudo también se cometen entre ellos. Los pocos refugiados cristianos son víctimas habituales de amenazas de muerte y agresiones por parte de musulmanes, hasta el punto de que se pide que se les aloje en lugares separados. Las violaciones y prostitución forzada de refugiadas son otros de los tristes sucesos que se dan en los centros de refugiados.
INFILTRACIÓN DEL ESTADO ISLÁMICO
Lo lógico es pensar que sacando provecho de lo revuelto y poco controlado de la situación, el ISIS trata de infiltrar a sus combatientes entre la marea humana que entra en Europa con el objetivo de crear células durmientes. Aunque tienen dinero suficiente para hacer lo mismo de una forma más fácil y directa dándoles pasajes de avión, los controles en los aeropuertos son mucho más minuciosos y la “ruta de los refugiados” aunque más lenta y tediosa ofrece más garantías de anonimato y camuflaje. Solamente en Alemania hay 400.000 refugiados sin documentos de identidad y a los que la policía es incapaz de identificar.
Un reportero del Daily Mail explicó cómo consiguió hacerse un pasaporte sirio muerto con la identidad de un tipo muerto en Alepo, y como pakistaníes, afganos o el propio ISIS están usando el método para colarse en Europa, entre ellos dos terroristas musulmanes relacionados con los atentados de la sala Bataclán en París. Esto también fue comentado por el historiador e investigador sirio Sami Moubayed. Según el Ministerio de Defensa ruso, 100 islamistas cruzan la frontera turco-siria a diario abandonando las zonas de combate por las rutas de “refugiados”.
ENFERMEDADES
Las guerras con sus consecuentes hambrunas, falta de atención médica o de higiene y las aglomeraciones masivas de gente son el caldo de cultivo perfecto para todo tipo de epidemias.Según el doctor turco Hakan Leblebicioglu, especializado en enfermedades infecciosas, ya ha habido brotes entre refugiados en Europa desarna, sarampión, tuberculosis, cólera y fiebre tifoidea.
Otras enfermedades que hacen estragos entre ellos son la leishmaniosis cutánea, la cual se expande con rapidez por la práctica del ISIS de asesinar a civiles y dejar los cuerpos tirados por las calles, y que podría causar una epidemia en el sur de Europa ya que está presente el mosquito que hace de transmisor. También se tienen noticias de brotes de la enfermedad causada por la bacteria comedora de carne. Esto fue mencionado por el ex primer ministro polaco
AL CAMPO SÍ QUE SE LE PUEDEN PONER VALLAS
Una de las justificaciones más patéticas y sumisas hacia la inmigración ilegal es la de tratarla como un fenómeno inevitable, contra el que nada se puede hacer y todo lo que queda es resignarse a aceptar inmigración hasta convertirse en una copia de sus países de origen. Según sus proponentes, de nada sirven las vallas o las legislaciones restrictivas, porque seguirán entrando independientemente de ello.
La experiencia empírica, en cambio, nos dice todo lo contrario. Hungría fue uno de los países más asediados por la inmigración musulmana en el verano y el otoño de 2015, con hasta de 10.000 “refugiados” cruzando sus fronteras, hasta que acabó de construir una valla fronteriza con la frontera serbia. Los resultados no tardaron en verse: en una semana se pasó de 6.353 a tan solo 29. Hungría dejó de formar parte de la ruta de los Balcanes y la valla tuvo tanto éxito que poco después la idea fue copiada por otros países del entorno, como Macedonia, Austria, Eslovenia o Bulgaria.
COMPARACIONES ODIOSAS CON LOS REFUGIADOS ESPAÑOLES
Uno de los argumentos más usados para justificar la acogida de refugiados es el de compararlos con los refugiados españoles de la Guerra Civil, de forma que por haber sido un país de refugiados en su día tenemos una especie de deuda moral hacia ellos. Esto, además de un argumento sensiblero barato, es una falacia dadas las enormes diferencias entre unos y otros.
En España mientras la guerra estaba en curso, la población española se implicaron masivamente en la misma luchando en uno u otro bando y la mayoría de los refugiados entonces era gente incapaz de luchar, especialmente niños, como los llamados Niños de Rusia que fueron acogidos por la Unión Soviética. Los hombres jóvenes en edad militar apenas se exiliaban, algo muy diferente al perfil de “refugiado” que llega a Europa. En Siria e Irak hay miles de jóvenes de diferentes etnias y confesiones religiosas que se niegan a rendirse y a abandonar su tierra : kurdos, alauitas, yazidíes, cristianos y algunos sunitas luchan sin cuartel contra el Estado Islámico. Ellos son los que deben despertar nuestra simpatía y solidaridad.
Solo una vez acabada la guerra es cuando cientos de miles de españoles se exiliaron en otros países; la mayoría de ellos cruzaron la frontera francesa o el Atlántico hacia Hispanoamérica. En cualquier caso fueron a países geográfica o culturalmente próximos, en los que no representaban una amenaza ni choque cultural de ningún tipo. En Francia, de los 440.000 refugiados españoles que había, la mitad de ellos regresó a España en la década de los 40. Ni qué decir que no cruzaban países en paz atacando las fronteras con un ariete, ni arrojando la comida al sueloni profanando cementerios. Si los refugiados musulmanes que vienen a Europa fueran como los españoles, harían lo propio y emigrarían a países musulmanes y de idioma árabe, como Catar, Arabia Saudí, Kuwait, etc…todos ellos países con suficiente riqueza y espacio para mantenerles.
GRANDES OLVIDADOS; REFUGIADOS UCRANIANOS
En el este de Ucrania hay un conflicto armado desde finales de 2014 que aunque ya ignorado por los medios sigue en curso. Según datos de la ONU ha creado 2 millones de refugiados, para los que no hay pancartas de bienvenida, ni alojamiento, ni suculentas pagas. De los que la gran mayoría de la población ni siquiera sabe de su existencia debido al silencio informativo al respecto. Polonia, país tachado de insolidario por su férrea oposición al alojamiento de refugiados musulmanes, acoge a cientos de miles de ellos.
QUIEN HAY DETRÁS
.Bancos, grandes empresas, gobiernos, medios de masas, Iglesia católica, personajes mediáticos, ONGs, monopolios transhumanistas, partidos políticos, multimillonarios… existen poderosos lobbies, corporaciones, Estados, mafias e individuos que coinciden en su apoyo e instigación de la marea islámica en Europa, la cual dista mucho de ser un proceso espontáneo.
Los intereses en juego son variados; por un lado es un enorme negocio que mueve miles de millones de euros. Por otro sirve para la destrucción de la homogeneidad étnica de las naciones europeas, convirtiéndolas en lugares multiculturales y vaciando de contenido el concepto de Estado-nación, de forma que todo el control recaería en los burócratas de la UE. Turquía, en su proyecto de revivir su Imperio, utiliza a los refugiados e inmigrantes que están en su territorio como forma de chantaje para obtener acceso a Schengen (y así quitarse de encima a grupos considerados indeseables como kurdos y gitanos), fondos y otras condiciones ventajosas. Las monarquías del Golfo arábigo ven el consiguiente aumento de población musulmana una oportunidad perfecta de seguir extendiendo sus tentáculos en el continente. Y hay quienes incluso ven en ellos la posibilidad de votos que les permitan perpetuarse en el poder.
INVADIR; DEL LATÍN INVADERE
Muchos cuando oyen piensan en una invasión se imaginan tanques, columnas de militares, cazas y artillería pesada dirigidas por una especie de Franco bigotudo con casco prusiano y lleno de galones. No conciben que las invasiones a lo largo de la historia también se han dado por métodos más sutiles, que a menudo son incluso más efectivos.
Los godos no cruzaron el limes de la ya decadente Roma abriéndose paso a sangre y fuego hasta tomar su capital,sino como refugiados desarmados que cruzaron el Danubio huyendo de los hunos de Atila. Dos años después, mataron al emperador Valente y destrozaron su ejército. Cien años después derrocaron al último emperador. O más recientemente en 1975, Marruecos no invadió el Sáhara Occidental mandando a su ejército, en su lugar envió a una gran masa de civiles en la conocida como Marcha Verde.
El Líbano, antaño conocido como la Suiza de Oriente Medio, tenía un 50% de población cristiana y era el principal centro financiero en la región. Como consecuencia de las guerras contra Israel, 400.000 palestinos se asentaron en los campos de refugiados libaneses y entre 1968 y 1975 comenzaron a formar milicias armadas para atacar Israel. Rápidamente, el ejército perdió el control de gran parte del sur del país y los cristianos libaneses comenzaron a armarse. En 1975, las violentas luchas en la capital Beirut entre cristianos locales y palestinos de los campos de refugiados se extendieron al resto del país; la sangrienta Guerra Civil Libanesa había comenzado. 15 años de conflicto que se saldaron con 150.000 muertos en un país que no llegaba a 3 millones y el exilio de la mayor parte de su población cristiana. Los refugiados palestinos fueron los que hicieron saltar por los aires el frágil equilibrio de convivencia multicultural en el Líbano.
A lo largo de los últimos meses hemos podido ver como los refugiados, lejos de mostrarse agradecidos o respetuosos con el país que les acoge, están enojados y altivos. Cometen todo tipo de delitos, acosan a la población local, tiran la comida y la ropa donada y, algo que ha sorprendido in situ a algunos pro-refugees, desprecian a los que les ayudan. Se quedan en shock y no se explican el por qué de tal reacción, demostrando que no entienden nada de lo que está pasando. Y es que lo hacen porque se comportan como soldadesca en un país ocupado en el que se sienten con derecho a tomar lo que consideran propio. Los propios islamistas en sus videos exponen que nuestra actitud solidaria y tolerante es interpretada como debilidad, y cómo eso aún les ofende más. A una población hostil hacia ellos la ven como enemiga, pero a una población sumisa y acogedora la ven como a un conjunto de ratas. Nadie respeta al débil.
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