Los orígenes del pensamiento racial catalán arrancan de la década de 1880, en plena Renaixença, con la aparición de los primeros estudios etnográficos y raciológicos de Sampere i Miquel, J. M. Batista i Roca y especialmente Pompeu Gener.
Para el historiador, Joan- Lluís Marfany, uno de los mejores conocedores de este periodo:
el racismo los impregna a todos, como impregna toda la cultura de la época.
Ya en la obra de Valentí Almirall Lo catalanisme (1886) se elabora una distinción de las diferencias entre el «carácter» castellano y catalán que se aproxima mucho a la «teoría racial de la nación catalana»
Existe una raza catalana, de origen ario-gótico, superior al resto de pueblos peninsulares, de raíces semíticas. Mientras los catalanes reconquistaron pronto sus territorios y entraron bajo la benéfica influencia aria de los francos, Castilla pasó largos siglos dominada por los semitas «árabes y bereberes» lo que explica la radical diferencia y la incompatibilidad de ambos pueblos. Joaquim Casas-Carbó en 1891 en sus Estudis d´etnografia catalana utilizará argumentos filológicos para demostrar el irrefutable origen ario de los catalanes.
En marzo de 1899, Bartomeu Robert, recientemente nombrado alcalde de Barcelona instancias del político catalanista Durán i Bas pronunció el día 13 en la citada institución la primera de una serie de conferencias tituladas "La rassa catalana".
Utilizando los métodos sobre las medidas del cráneo tan de moda en la época, distinguió tres "áreas raciales".
Ante el escandalo levantado en toda España, los catalanistas reaccionaron con su perenne victimismo acusando de ser una tergiversación maliciosa de los estudios etnicos por parte de "Madrid".
Lo cierto es que en las publicaciones nacionalistas de la época como Tralla, Cut-cut, La Esquella de la Torratxa, La Nació Catalana... abundan artículos y cartas titulados «Moros mal qu´els pesi», «Sí, hi ha rasses», «Contra´ls els semites» o firmados «Un que li repugnen els castellans»; la lista es inacabable. Los castellanos son calificados de «bereberes de la Península», cuyo temperamente muestra su «afinidad con todos los pueblos semitas», y que resulta incompatible con las características «europeas» de la raza catalana, una dominación que estrangula las posibilidades de desarrollo económico de la patria.
Otro prócter del catalanismo, Joan Bardina, dedicó una larga serie de conferencias divulgativas sobre el tema donde se va conformando la imagen de una España «africana» agrícola, burocrática y semita, frente a una Cataluña «europea», industrial y aria; para Domingo Martí i Juliá resulta una cuestión «de higiene social» impedir la entrada de elementos personales, intelectuales, morales y políticos degenerados y producto de razas inferiores y además decadentes
Marfany cree que la principal función del racismo catalanista, como en todos, es denunciar la presencia de miembros de otra «raza», causante de todos los males de la sociedad.
El catalanismo «se inventa un problema castellano y divulga la teoría de una inmigración castellana» que viene a Cataluña para vivir a expensas de una riqueza que no han contribuido a crear y, lo que es más grave, a causar unos problemas sociales que de otro modo no existirían.
Sobre este humus ideológico, Enric Prat de la Riba, el arquitecto del catalanismo político, reformulará estas ideas, puliendo sus aristas más biológicas y racistas; así, los catalanes no son una «raça antropológica», sino una «raça histórica». Las naciones son distintas porque la raza, pero sobre todo la historia, las han hecho diferentes. La «castellanización» de Cataluña sólo es «una costra sobrepuesta, una costra que se cuartea y salta, dejando salir intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza».
Valenti Almirall publicó "Lo catalanisme", donde envisiona una peninsula Iberica poblada por 4 razas, de las cuales la catalana sería superior y la castellana sería inferior.
Bonaventura Riera en 1899 desarrollará este tema en el artículo L´anima del catalanisme. La tierra es como una esponja que recoge las razas, asimila a los hombres y les informa de una misma fisonomía, una tierra que hace hablar a los hombres la misma lengua y tener las mismas costumbres. Así, siguiendo esta lógica, si fuera posible hoy exterminar a todos los catalanes poblar nuestra tierra de gente de otros países, dentro de un plazo más o menos remoto volvería a existir el pueblo catalán» tal y como lo conocemos ahora
La oleada inmigratoria de los años 20 y 30 procedente de Murcia y Almería suscitó un intenso debate:
E. Puig i Sais decía sobre el descenso de la natalidad, Un perill gravíssim per a la nostra pátria (1915), que apunta los riesgos de que la inmigración pueda descatalanizar el país y defiende la necesidad de aumentar el número de «catalanes de raza pura»
El radical radical Daniel Cardona; en el artículo La ocupació castellana concibe la inmigración como arma de una guerra contra Cataluña y por ello cada patriota debía llevar «una browning en cada bolsillo para hacer respetar nuestro derecho y nuestra dignidad de catalanes ofendidos por una sumisión vergonzosa».
Otra muestra notable de este clima es el manifiesto Per la preservació de la raça catalana (1934) firmado por prohombres del catalanismo como Alcobé, Batista i Roca, Pompeu Fabra, Jaume Pi i Sunyer, Nubiola, Puig i Sais o Vandellós, entre otros
que alerta de los peligros de la inmigración, cuyas graves consecuencias nos pueden hacer pensar en la transformación o retroceso de la capacidad genética y la mezcla de razas
se propone sentar las bases de una política catalana de población a través de la Societat Catalunya d´Eugénica que estudie las características de la «mezcla» y los mecanismos de defensa de la nostra raça
En la obra de Pere Mártir Rosell i Vilar se hallan las posiciones más racistas y xenófobas.
Diputado al Parlament como representante del ala radical de ERC, publicó en 1917 el folleto Diferéncies entre catalans i castellans.Les mentalitats específiques.
Donde se deduce de las grandes diferencias entre ambos pueblos que la mezcla conduce a la "degeneración biológica".
En su obre cumbre, "Raça" (1930); la raza constituye la única fuente de cultura y debe mantenerse pura evitando el mestizaje.
Acaba exponiendo su plan de mejora de la raza catalana, como subrayan Malló y Martí, tomado directamente de sus experiencias sobre la mejora genética del ganado.
Josep Antonio Vandellós i Solá, autor destacado del nacionalismo catalán, n La Publicitat entre 1927 y 1933 y después en sus libros Catalunya, poble decadent y La inmigració a Catalunya, ambos de 1935.
Sus estadísticas muestran que si sigue la tendencia a la inmigración andaluza se llegará a la "esterilización" de la «raza» catalana.
A nivel cultural y racial ésta amenaza con diluir el patrimonio espiritual de Catalunya.
un peligro de «descatalanización de la patria»
Ante esta situación, el autor plantea una propuesta que recuerda vivamente a la que ahora ha formulado ERC: el gobierno autónomo, que lamentablemente no tiene competencias en el tema, debe seleccionar y regular los contingentes de mano de obra inmigrada.
Antoni Rovira i Virgili, considerado uno de los pioneros del catalanismo de izquierdas, en sus artículos en La Publicitat de los años 20 y 30 y en su libro La nacionalització de Catalunya (1914) plantea que la relación entre Cataluña y Castilla (por España) está marcada por "una irreductible oposición espiritual", antagónicas
La inmigración resulta un factor objetivo de «descatalanización» y propone una decidida política de defensa de la lengua y la asimilación lingüística de los inmigrantes para esquivar este peligro.
Otro nacionalista de izquierdas como Aymá i Baudina distingue «entre los obreros auténticos que pasan hambre en silencio» y «los vagos forasteros que hablan siempre en castellano», contra los que propone «vigilancia a la entrada de la ciudad y energía por parte de las autoridades»
Gabriel Alomar, fundador de la Unió Socialista de Catalunya (USC), escribe en 1932, refiriéndose a estos inmigrantes: Son los que fuerzan una igualdad hacia abajo, ...falta de necesidades superiores ... llenan el trágico vacío interior con truculencias negroides.
Son la base del lerrouxismo y para la labor paciente y constructora no son útiles.
Comunistas heterodoxos como Jordi Arquer o Joaquim Maurín, que fundarán el Bloc Obrer i Camperol (BOC), también alertan sobre los peligros del proletario inmigrante analfabeto poco formado políticamente, proclive al anarquismo y alejado del hecho nacional catalán. Así Arquer escribe en 1932:«Todos esos jabalíes -ninguno catalán- sólo especulan sobre la masa española que vive en Cataluña (...) gentes no educadas políticamente y cargadas de prejuicios sobre la cuestión catalana y que aún no han tenido tiempo de ser asimilados.
Ni es posible con ellos formar una organización sólida
Maurín, en 1928: «El ascenso del anarcosindicalismo a partir de 1917 es debido principalmente a la afluencia de peonaje a Barcelona atraído por la prosperidad industrial. Los fenómenos morbosos que posteriormente se producirán son producto de esta circunstancia. El proletariado catalán, que no tiene nada de anarquista, fue incapaz, ante el alud, de asimilar toda la gran masa. Fue impotente para dominar la invasión. El número se impuso a la calidad (...) No es casualidad que los «ases» del anarquismo en Barcelona, los Pestaña, Buenacasa, Picos, Rico, etc., no sean catalanes»
La publicación 'La Nació Catalana' difundió en su número del 17 de octubre de 1933 una entrevista con Karl Cerff, portavoz y responsable de propaganda y formación de las Juventudes Hitlerianas. "Nosotros sabemos que los catalanes son una raza muy diferente de la española"
este otro artículo que firma Josep Pijoan, se habla del día gozoso donde toda la raza catalana esté unida otra vez:
Que vengan [mallorquines], entonces, con la seguridad completa de que delante de nuestra unión, Valencia no podría, por más tiempo, dejar de escuchar la voz de la sangre, y toda la raza se hubiese unido con un abrazo.
En Cataluña la intima relación con los demás hermanos de raza, además de campo donde desarrollarse, le serviría para completar su personalidad propia. [...] Sea como sea, con o sin Aragón, la raza catalana ha de estrechar cada día más los lazos y unirse bajo la bandera de una misma tradición política.
En la revista “Nosaltres Sols!” en este artículo del 1 de noviembre de 1931 recomienda mantener la sangre pura, evitando los matrimonios con los castellanos.
"Mezcla de sangres.
Dejando de lado honrosas y rarísimas excepciones, veremos que el individuo de sangre catalana-castellana (en el más amplio sentido) es híbrido, infecundo, como no puede ser menos.
No es catalán ni español. No aborrecerá Cataluña, pero no la querrá tampoco. No amará nuestra bandera, ni dejará de quererla.
Y esto se dará en los dos casos. En el caso de un matrimonio de un catalán con una española y en el de una catalana y un español.
En el primero, el hijo, si bien tiene en la sangre más de catalán que de
español, no será fácilmente catalanista.
En el segundo, si bien el niño sabrá catalán, el imperialismo y el antiliberalismo innato y congénito en su padre, perjudicará notablemente su catalanidad.
1.a Ningún catalán, ni ninguna catalana, dignos de tal nombre, admitirán
unión matrimonial con individuo español o hijo de española.
2.a En el sentido de catalán, consideramos no sólo el de catalán propiamente dicho (catalán estricto, valenciano, balear, de las islas Pitusas, algueriano y catalán del Rosellón), sino también el hijo de tierras occitanas (Cataluña Grande, Provenza, Foix, Languedoc, Avernia, Bearn, Lemosín etc.).
5.a Declararemos mal catalán al que, después de habérsele hecho tales
reflexiones, efectúe el matrimonio39.
6.a No olvidaremos que sin una sangre limpia, virgen de “cruces”
sanguíneos, es imposible hacer nada de provechosi el amor es una cosa grande,
inmensa y la pérdida, una terrible desgracia, Cataluña ha de ser nuestro
amor supremo, Ella está por encima de todo.
Es inevitable comparar estos preceptos con las leyes de Nuremberg del 15 de septiembre de 1935 para “la protección de la sangre y del honor alemán” por las que se prohibía el matrimonio entre judíos y no-judíos, así como las relaciones sexuales extramaritales entre ellos.
Heribert Barrera fallecido recientement, ex-presidente del parlamento catalán y ex-presidenete de ERC en 2001:
las oleadas migratorias son un plan para descatalanizar Cataluña
la inmigración es la principal amenaza para Cataluña, conseguimos superar las oleadas de andaluces, pero ahora el catalán está en peligro.
Para mi ETA, y no me importa nada que salga escrito, hace la guerra. Matan civiles, es cierto, pero yo fui testigo de los civiles muertos inútilmente a causa de los bombarderos británicos en Montpelier, cuando se sabía que allí no había ningún objetivo militar ni prácticamente ningún alemán, ni nada de nada. En las guerras se matan civiles, ya se sabe.Aunque en general gran parte del nacionalismo catalanista a ido deshaciendose del racismo, tanto por sentido práctico (al fin y al cabo no hay diferencias raciales con el resto de españoles y en todo caso la población es mayoritariamente "charnega" a la que no que más remedio que asimilar) com o propagandistico (no queda muy bien el racismo después de la 2ª guerra mundial, y es dificil llamar "facha" a alguien siendo racista uno mismo), sigue en un racismo "cultural" o "civil" en el que los catalanes son al parecer más europeos, emprendedores etc que el resto de españoles, a los que se denigra, como cuando Jordi Puyol dijo en Aquisgram que la herencia carolingia de la Marca Hispanica hizo a Cataluña más europea que al resto de España, ocupada por los musulmanes.
Eduardo chillida, dijo.
ResponderEliminarUn hombre, cualquier hombre
Vale más que una bandera, cualquier bandera.
La raza aria ya sabemos lo que hizo, i como acabó..